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Prácticamente nada es lo que sabemos de Heinrich, o Henricus en la forma latinizada que emplea, Doergangk, ni el lugar de su nacimiento y muerte (es probable que en ambos casos fuera Colonia), ni la fecha en que se produjeron. Su mujer legó una importante cantidad de dinero (850 táler) al Gymnasium tricoronatum de Colonia, dirigido por los jesuitas, por lo que en esa fecha ya habría muerto. Por otra parte, esa donación hace pensar en que Doergangk estaría vinculado al colegio de algún modo, sabedores de que era profesor de lenguas, de español, de francés y de italiano, en Colonia, como hace constar en la portada de su gramática.
Doergangk es autor de una gramática española escrita en latín, Institutiones in linguam hispanicam, de carácter singular, ya que toda ella está impregnada por el catolicismo, como consecuencia, o haciéndose partícipe de ella, de la Contrarreforma. Así, se pone al servicio de la doctrina emanada del Concilio de Trento (1545-1563), y del papa, para batallar contra el protestantismo. Y como los reyes de España se han mantenido firmes en contra de los herejes, se pone de su lado, y de su lengua, de forma explícita en el larguísimo prólogo, pero también en el interior del texto. En muchas partes se nota la presencia de la doctrina de los jesuitas, para los que debía trabajar. Así, la finalidad primordial de esta gramática no es la de enseñar nuestra lengua, sino la de ganar almas. La gramática española fue la tercera de una serie, precedida por las del italiano (Institutiones in linguam italicam, admodum faciles, quales antehac nunquam visae, a costa del autor, impreso por Ioannes Christophorus, Colonia, 1604) y del francés (Institutiones in linguam gallicam, admodum faciles, quales antehac nunquam visae, a costa del autor, impreso por Ioannes Christophorus, Colonia, 1604). Que Doergangk fuera el editor de estas obras, y que la española la vendiese él mismo, denota que su economía era holgada. Por lo que respecta a su contenido, el autor, antes de entrar en la materia, enumera los siete conocimientos que debe adquirir quien aprenda una lengua, la lectio, la pronunciatio, los genera, las declinationes, las coniugationes, la syntaxis y la copia verborum. A partir de ahí, desarrolla el contenido en varias partes. Comienza con la pronunciación, sigue con la morfología, le dedica una gran extensión a la sintaxis de las distintas partes de la oración, y termina con una colección de palabras y frases de significado diferente en latín y español, acompañadas de los elementos indeclinables, todo ello con las explicaciones a través de ejemplos traducidos al latín y a veces también al alemán. Se completa el tratado con unas invocaciones a la Virgen y a Dios y los santos.
Manuel Alvar Ezquerra